No hay nada como celebrar el día de una madre para que sus hijos, algunos viviendo lejos, acudan a su llamada volviéndose a reencontrar.
En la celebración del pregón que don Miguel Esteban pronunciaba a nuestra Patrona el pasado día 21, pudimos encontrarnos con la presencia de un cofrade ya no habitual entre nosotros.
José Sánchez Úbeda, hermano del Encuentro y costalero del Cristo de las Penas de la Hermandad de la Estrella en sus últimos años antes de abandonar nuestra ciudad, volvía para pasar unos días en su tierra y aprovechar así las celebraciones que la Hermandad organiza en honor de la Virgen del Mar.
Hace varios meses conocíamos la decisión de José de ingresar en la orden de los Padres de la Cruz de Blanca por lo que se trasladó a la ciudad de Sevilla a vivir previo paso por otras ciudades españolas donde adquirió formación que, unida a la vocación con la que ya contaba, le invitaron a dar el paso final de instalarse en la ciudad hispalense junto a los que a partir de entonces serían su nueva familia.
Este pasado año, los costaleros del Cristo de las Penas rindieron un íntimo homenaje en alguna de sus levantás que nuestros micrófonos pudieron acercar a los almerienses y que en su momento ya explicábamos el porqué de la misma.
Con él ya son varios los cofrades que han sentido la llamada de Dios a la vida consagrada, después de una trayectoria anónima en la que su vocación había sido considerada como un regalo íntimo de Dios y cuya noticia nos sorprendía, por ello más, a los que les conocíamos, como es el caso de nuestra amiga María del Carmen Salas que hace varios años decidió ingresar en la orden de clausura de las hermanas Clarisas después de muchos años bajos las trabajaderas de varios pasos de Almería.
Desde Guión Cofrade nos enorgullece encontrarnos con ejemplos como éstos y enviándoles todo nuestro apoyo.
