lunes, 30 de agosto de 2010

Fin de Fiestas en nuestra ciudad

El paso de nuestra Patrona por las calles de la ciudad cerraba toda una semana de actos y festejos celebrados en nuestra ciudad y da los últimos coletazos a la temporada estival de este año 2010.

Con la celebración del pregón por don Emilio Esteban Hanza el pasado viernes 20 de agosto en el Santuario de la Virgen del Mar, comenzaba una semana frenética para la ciudad en la en todos los rincones de la misma se vivirían ambientes festivos y diversas actividades que recordaban que estábamos en feria.

En esta ocasión, Almería estaba de estreno, y por primer año la situación de la feria de la noche sufría una modificación en cuanto al lugar de ubicación de la misma. Un resultado que, hoy y una vez concluida la misma, podemos calificar de más que positivo, que ha reportado a la ciudad una feria más cómoda, amplia y ordenada y con el que el consistorio se convierte en digno de ser felicitado por dicha labor. A la espera quedamos de ese traslado integral de la feria de día al recinto ferial para el próximo 2011 y que confiamos se lleve a cabo con la misma colaboración por parte de ciudadanos, hosteleros y administraciones como la que ya se ha palpado este año.
Algunos nostálgicos dicen que no será lo mismo, otros que ya ni siquiera es lo que era, y es triste que sean los almerienses los que siempre nos tiremos piedras sobre nuestro tejado pues lo cierto es que la feria de Almería sigue sin pasar de inadvertida y resulta más que gratificante que un foráneo por la calle te felicite por la forma de entender esta fiesta que tenemos en nuestra ciudad mientras algunos de nuestros paisanos aprovechan estas fechas para irse de viaje o no salir de casa...

La del 2010 ha sido una feria de transición, un cambio de lugar que algunos intentan que sea de estilo y por primera vez hemos compartido casi al mismo nivel dos ambientes muy distintos y uno de ellos casi olvidado, el rociero y el juvenil discotero propio de cualquier sábado de fiesta.

Y entre tinto y rebujito, reaguetton y alguna sevillana por ahí perdida y algo descuidada, sones de clarines que nos han trasladado a otro punto de la ciudad que en muy pocas ocasiones durante el año es centro de celebración pero que en estas fechas son pocos los que se resisten a no pasar por él por mucho que nos lo propongamos. Y es que a algunos... no nos gusta que nos engañen... 6 días de festejos, 4 de lidia con toros, una novillada y un rejoneo que intenta así cubrir toda la demanda de los almerienses para esta feria con unos precios desorbitados entre los más elevados del país y una calidad ganadera más que deficiente que en conjunto roza la verguenza más desmesurada. Y ahora hay quién dirá que el aforo de la plaza de Almería obliga a poner esos precios... me seguiré yendo a verlo a Málaga entonces que echando cuentas del viaje me sigue saliendo más barato.

Y entre unas cosas y otras van pasando los días, se celebran los cultos a la Patrona, triduo, salve y ofrenda y el domingo por fin Almería duerme. Se despierta entre el silencio de unas calles cansadas y adormecidas entre restos de confeti de la última cabalgata, vasos y botellas, algún que otro rezagado que se resiste en volver a casa y un turista despistado que no se explica cómo ese día puede haber tanto silencio, pero es que Almería también descansa y esa tarde procesiona su patrona.

Virgen del Mar que pone el broche de oro a tantos días de fiesta que no deja ni dejará de ir acompañada por los que preparan con entusiasmo estas fiestas pero también por muchos otros anónimos (más de lo que nos imaginamos) que en días como ayer marcan como cita el acercamiento a la Madre y Reina de Almería.

Y así otro año más, así otra semana culminada con éxito. Porque, ¿quién dijo que Almería no iba a responder bien a los cambios a los que se le somete? Almería es difícil de mover, Almería es poco reivindicativa, pero Almería es racional y entiende y entenderá lo que se hace por mejorar y así, después de lo visto, estoy segura que Almería seguriá viviendo su feria al 100% aquí o donde sea.