Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.
La fiesta de Corpus Christi se celebra el día jueves o domingo (dependiendo del país) después del domingo de la Santísima Trinidad.
Este día, recordamos la institución de la Eucaristía, que se llevó a
cabo el Jueves Santo, durante la Última Cena al convertir Jesús el pan y
el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
Presencia real de Cristo.
Cuando Jesús instituyó la Eucaristía, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: "Tomen, coman; esto es mi cuerpo" (Mt 26,26 y similares). "Esto (el pan) es mi cuerpo" (la persona de Jesús). Lo mismo hizo con el vino, afirmando "Esta es mi Sangre".
Sus palabras no dejan lugar a dudas. No es una comparación: "es como mi
cuerpo o, como si fuera mi sangre." Es una afirmación real: "esto es mi Cuerpo y esta es mi Sangre."
La Iglesia, desde sus inicios, ha afirmado siempre esta presencia
singular de Jesús, y la ha definido como misterio de fe. La presencia
real de Jesucristo en la Eucaristía no es objeto de estudio científico,
ya que no puede ser percibida por los sentidos. El pan y el vino pierden
en la Eucaristía su sentido natural como alimento corporal y reciben un
nuevo ser y un nuevo sentido. Son signos reales de la presencia real y
de la entrega personal de Jesucristo. En los signos sensibles de pan y
de vino, se hace presente realmente Jesucristo, que se entrega por
nosotros.
Valor de la Eucaristía.
En cada Misa, se actualiza el Sacrificio de Cristo, con el que Dios
sella la Nueva Alianza con la humanidad entera. Sabemos que la
Eucaristía es un sacrificio por las palabras de Jesús: "Esta es mi sangre, la sangre de la alianza que se derrama por todos para el perdón de los pecados" (Mt 26,28).
Se recuerda con esta frase lo que relata el Éxodo, cuando Moisés
rocía sangre del sacrificio del Sinaí sobre el pueblo, diciendo: "esta es la sangre de la Alianza que el Señor hace con vosotros" (Ex 24,8).
Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, por encargo de Jesús "hagan esto en memoria mía"
(Lc 22,19) actualiza el sacrificio único de Jesucristo. Por la palabra y
los signos eucarísticos, se hace presente el sacrificio de la cruz, y
además, toda la obra salvadora de Jesucristo.
La Eucaristía es fuente y cima de toda la vida cristiana. Los demás
sacramentos y todos los ministerios de la Iglesia y obras de apostolado,
están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. En la Eucaristía está
todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo
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