Un año más nos acercamos a vivir la celebración de san Indalecio, patrón de nuestra ciudad y un año más la misma discurre sin pena ni gloria. Aun cuando nuestros padres cuentan cómo se vivía este día festivo hace unos años, empieza a notarse en la sociedad la presencia de una generación que no conoce este día, que no conoce este santo.
El día 15 de mayo no puede presumir de ser un día especial, como un 12 de abril o un 8 de noviembre, por poner dos ejemplos, el 15 de mayo se ha convertido en un día casi vacío. A la Eucaristía que la Diócesis convocó el pasado año para este día acudieron los que tienen por costumbre ir a Misa diaria y en la procesión que se celebró en su honor sólo la presencia de la Iglesia y de la Corporación Municipal acompañados de un muy reducido número de devotos fueron todos cuantos acompañaron a quien es nuestro patrón, un dato impropio de una capital de provincia como la nuestra y que debería alarmar a quien competa con el objetivo de buscar un remedio.
Con esto surgen varias reflexiones:
- Acaso ¿Somos los almerienses tan poco amantes de nuestra ciudad que nos olvidamos del patrón? lo cierto es que no podemos presumir de ser unos buenos vendedores de lo nuestro, y si además el 15 de mayo es un día laborable, con una climatología que invite más a estar en la playa o en el paseo marítimo que en las fiestas del patrón y que en los últimos años todo lo que esté relacionado con la Iglesia suena a influencia negativa, el cóctel que se forma augura una pérdida paulatina del significado de este día.
- Quizá ¿Debería el Ayuntamiento organizar festejos u otros actos que conmemoren dicho día? sin duda desde el consistorio deben plantearse la necesidad de resurgir esta festividad con algo más que una celebración de la feria del caballo, aunque todos sabemos que cada localidad dispone de dos jornadas para celebrar su fiestas locales, Almería, y según consta en el BOJA nº 254 página 24, presenta el 30 de agosto (Virgen del Mar) y 24 de junio (san Juan), éste último por petición popular, por tanto descartado queda la opción de hacer fiesta el 15 de mayo, pues ya peligró y de qué manera no sólo el día del Pendón (26 de diciembre) sino también la integridad de los que se acercaban a conmemorarlo conseguiéndose su abolición como festividad local hace escasos años. Ya se sabe que en la sociedad actual es más defendible una borrachera que una fecha histórica y más si es de ese calibre.
- Por último ¿necesitaría san Indalecio, de acuerdo con la Diócesis de nuestra ciudad, una hermandad de gloria que reavive la devoción entre los fieles? podría ser otra opción si tenemos en cuenta los solemnes cultos que la Hermandad de la Virgen del Mar realiza a nuestra patrona cada año, que cada vez cuenta con más asistentes convirtiendo en un lugar pequeño el santuario de la misma y siendo importante la cantidad de visitantes que en esas fechas se acercan a nuestra ciudad con esa intención. Importante destacar aquí la gran labor que el grupo joven de esta cofradía viene realizando en la mejora de la organización de los actos y de otros muchos en favor de la ciudad el resto del año. Por lo que quizá una hermandad que rindiera culto a la imagen patrón de la Diócesis podría no sólo dignificar este día sino también servir a la iglesia y a la ciudad en aquello que más se necesite. A lo mejor ésta es la prueba que confirme que verdaderamente en España somos más marianos...
No obstante todo lo escrito es una mera opinión personal y quiero pensar de todas formas, que todas la reflexiones anteriores no son viables o por lo menos más difíciles de lo que parecen por cuestiones administrativas o institucionales y que sean esos los motivos por los cuales no sean aplicado ya los correspondientes remedios a una festividad que si nadie lo impide en pocos años caerá en el olvido.
Foto:. google
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